Atención a Familias

La familia constituye el principal recurso para responder a las necesidades de todos sus miembros.

Reforzar la función protectora y de control de las familias, incidiendo especialmente en las que presentan mayor vulnerabilidad es prioritario, apoyándolas para que consigan un adecuado nivel de funcionamiento y autonomía potenciando sus propios recursos y el desempeño eficaz de roles.

Se desarrollan, así, atenciones dirigidas tanto a la mejora de las condiciones materiales, como psicoafectivas y de relación personal, que incluyen la orientación, el asesoramiento, el apoyo y tratamiento a la unidad familiar, junto con la movilización de recursos sociales:

  • Con atención preferente a personas en riesgo de desahucio de su vivienda con situaciones de endeudamiento. 
  • Proporcionando habilidades y competencias a los padres y madres para una mejor atención y cuidado así como para afrontar conductas de riesgo.
  • Atendiendo las necesidades específicas relacionadas con el acceso al empleo.
  • Y facilitando la participación en la vida comunitaria, a través de las asociaciones.