El 18 de julio es Santa Marina, la patrona de mi pueblo. Y el 18 de julio de 1936 mi abuela se puso su vestido amarillo nuevo y fue a la verbena, para bailar junto a la iglesia bajo la ristra de bombillas de colores. Un guardia civil llegó, mandó parar la música y gritó: "Ha empezado la guerra". Nadie dijo nada, y lentamente se fueron marchando a casa, cabizbajos, algunos sin entender demasiado bien, otros apenados por no haber lucido los trajes, todos tristes sin la fiesta. Cada vez que se ponía a hablar de la guerra, mi abuela siempre empezaba por aquel vestido amarillo.
Con texto de Leticia Sánchez Ruiz.