Exposición antológica de Pilar Hernández García

05/04/2019 05/05/2019
Salamanca Sala de Exposiciones La Salina
De martes a domingo, de 11:30 a 13:30 h., y de 18:00 a 21:00 horas. Festivos, de 11.30 a 13:30 h. Lunes, cerrado.

Esta es la exposición antológica de una artista salmantina que ha dedicado su vida a la enseñanza: Pilar Hernández García. Nacida en Peromingo, un pequeño pueblo de la provincia salmantina, Pilar se inicia en la Escuela de Arte de San Eloy en sus primeros bodegones de clase que servirán para su ingreso y licenciatura después en la Facultad de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría en Sevilla.
No escapa en su primera época del gusto impresionista, mostrando el color con soltura, confiando la disposición de fondos violetas, ocres y azules, y dejándose llevar por cuanto sugiere el tema de estas naturalezas muertas que implican los primeros esfuerzos serios que se encuentra como estudiante hasta dar ante el modelo natural.
En su obra se advertirá una especial devoción por la figuración y el juego posterior que recrea como mundo onírico, mitológico y simbólico, como espacio atrevido que especialmente destacará en sus grabados. Aun cerca de estos inicios Pilar Hernández emprende también una delicada y suelta pintura que construye en sus paisajes urbanos, tomados del natural, como el patio de la iglesia del Salvador en Sevilla y otros rincones tan especiales.
En los años ochenta, aparece en nuestra pintora el tema onírico, de continuas referencias en su obra. Ilustra dos libros de Poesía de Timoteo Marquina en Madrid Me canta el mar y Al vuelo de tu gracia. El aspecto onírico incide como un trasunto temático que le llevará a indagar en la figura humana y en reminiscencias mitológicas siempre en contacto con la naturaleza, como si la pintura obrase un relato propio: centauros, desnudos, simbologías se adueñan de un eje espacio/temporal desde una perspectiva casi cinematográfica derivada opinión por la puesta en escena de planos medios y primeros planos. Mientras, el color asume ecos posimpresionistas, largos y en ocasiones fauvistas, haciendo de la pintura de Pilar H. una época propia, singular y vitalista.
En su periplo reciente, los colores han tomado desde el fondo la materia y la forma del objeto, la figura representada ha dado paso a paisajes de efervescente naturaleza y nos encontramos la luz agradecida que deja ver matices de enorme energía, naranjas entre verdes y amarillos, a través de orillas -el agua forma parte como cierta constante en la obra de Pilar Hernández-, entre riscos, puestas de sol y campos sugerentes.
Sus acuarelas, algunas de gran tamaño, así como los grabados y óleos han colgado sucesivamente desde sus primeras exposiciones en galerías de Arte. Ha participado en innumerables propuestas y ha sido catalizadora de muchas muestras colectivas que no hubieran llegado a buen puerto si no es por su voluntad inquebrantable como profesora que ha sido y su enorme constancia como artista brillante.

Diputación de Salamanca