Más de doscientas mil mujeres trabajan como camareras de piso en España, y son tan fundamentales como invisibles en el sector de la hostelería. En 2016 las Kellys -acrónimo de la expresión las que limpian- decidieron organizarse para reclamar sus derechos. Muchas de ellas han sido víctimas de la externalización y en ocasiones se han quedado fuera de las plantillas de los hoteles, sin derechos y expuestas al despido cuando están de baja.