Pedro Méndez nos descubre un mundo muy especial al que lleva dedicado desde las clases que recibió de dibujo siendo niño. La pintura le cautivó y el color y la emoción de los interiores y de los retratos ha sido una constante en su obra. Por ello, esta exposición tiene que ver con el proceso de su pintura,
desde el origen mismo de la obra hasta prácticamente la conclusión de la misma.
Es una obra personal de mí y para mí, donde la mejora, se hace a base de esfuerzo, golpe a golpe, día a día y lienzo a lienzo y que tiene como meta el aprendizaje y la superación.
La obra hay que sentirla con la emoción de los pelos en punta y no con un manuel. Quizás se trate, en definitiva, de explicar un jeroglífico mental, que nadie se atreve a denunciar y que hace que el artista se relaje, en su forma de crear y elaborar.
Pedro Méndez García